Estamos todos de acuerdo en que impulsar más liderazgos femeninos dentro de las organizaciones es algo necesario, pero ¿Cómo lo hacemos?

Aquí te dejamos algunas sugerencias prácticas que puedas aplicar en tu organización:  

Prepara a tu equipo: No sólo a las mujeres, sino que a todos los integrantes de tu equipo. Hay una diversidad muy rica, que es esencial y se necesita potenciar. Dentro de esto, surge una pregunta muy importante: ¿Realmente queremos potenciar estas diferencias? Necesitamos que el cambio sea una convicción de todos los integrantes del equipo, eso requiere un proceso de transformación adaptativo, en donde se cuestionará la forma en que hoy se hacen las cosas, en cómo se relacionan, el lenguaje que se utiliza y los paradigmas sobre los cuales se trabajan a diario. Como líder, debes acompañar a tus equipos a vencer sus miedos, a lanzarse a tomar otras posiciones, a abrirse a escuchar miradas distintas, a perder el miedo a dejar el control, el poder etc. 

Para el punto anterior es necesario que ayudes a que tu equipo se conozca a sí mismo. Reconocer la historia de cada uno, sus creencias, paradigmas y capacidades de gestión emocional es la base para articularse como equipo. Si tu equipo se conoce, todos sus integrantes sabrán de lo que son capaces de alcanzar y te pueden acompañar en esa visión de futuro que tienes en mente. 

Abre espacios para la autocrítica saludable que impulse y motive a mejorar, y no a destruir. 

Potencia la autoconfianza, el que se reconozcan en sus reales competencias y ahí poner el foco, no sólo en la brecha para equilibrarse con otros. Dale fuerza a las potencialidades individuales para tener un equipo que en lo colectivo, es potentemente diverso. 

Intenciona el trabajo colaborativo: esto no se da por una instrucción o por arte de magia, debes intencionarlo. Arma equipos por proyectos y evalúa resultados, analiza cómo operan mejor tus equipos. ¡Y vuelve y cámbialos! 

Plantea desafíos específicos. Baja los OKR estratégicos y ayúdalos a traducirlos en objetivos específicos. 

Observa la dinámica relacional: mira bajo el agua, los sesgos, los paradigmas, las creencias limitantes, lo que está más allá de lo que declaran tus colaboradores. Escucha, siempre escucha, pregunta abiertamente para que se explayen, acompáñalos en su día a día. Y cuando tengas claro que agregas valor, ¡interviene! No te quedes esperando a que los conflictos y desviaciones lleguen al límite. Interviene, orienta, ayúdalos a reflexionar para que luego vuelvan y concreten acciones, tareas, objetivos, soluciones en fin. Aquí tus equipos se verán desafiados ante esta nueva dinámica en donde la mirada diversa genera más discrepancias, análisis, desencuentros y encuentros, requiere más tiempo para llegar a acuerdos. Algunos se van a frustrar, querrán avanzar más rápido y es allí donde debes intervenir. 

Muestra la mejoras: no a través tuyo, sino a través de cada uno de los integrantes de tu equipo. Ayúdalos a ver los resultados y beneficios que han logrado y motívalos a que lo comuniquen. Reconoce en público y corrige en privado. 

En tus reuniones estratégicas, asegúrate de que haya diversidad. Busca aquellos que piensan diferente a ti, que sean capaces de cuestionar tus ideas y que vengan con conocimientos distintos. Y de acuerdo a la etapa en que se encuentra tu organización, asegúrate de que haya un mix de hombres y mujeres.  

Si tú te encuentras motivado o motivada, contagiarás a todo tu equipo, por eso te deseamos: ¡Suerte, foco y paciencia! 

Si quieres potenciar estos consejos e implementarlos en tu organización, agenda una reunión de 15 minutos para que conversemos  https://calendly.com/somosmsochile/reunion15minutos?month=2024-04

¡En MSO estamos listos para impulsar el liderazgo femenino en tu organización!