La neurodiversidad, o neurodivergencia, es un ámbito que recientemente se está incluyendo en el mundo DEI, de la diversidad, la equidad y la inclusión.
En este caso, como su nombre lo indica, se trata, en general, de diferencias a nivel cerebral. Específicamente, en la forma en cómo fluye la información en el cerebro y en qué lugares (organelos) es procesada. Esto produce, para este grupo de personas, una forma singular de percibir, interpretar y almacenar las señales que provienen de sus sentidos, vivencias y memorias.
La neurodiversidad reconoce que hay un porcentaje de la población que vive, interactúa, trabaja y toma decisiones desde un “testigo” distinto al de la mayoría. Este observador percibe y procesa las situaciones cotidianas desde “un lugar”, desde una perspectiva, diferente a la mayoría.
Los dos grupos principales de la neurodiversidad son:
– Las Personas Altamente Sensibles (PAS): que es una mala traducción del término original en inglés “Highly SENSITIVE Person”, (Persona Altamente SENSITIVA) y es un rasgo genético presente en un 15% de la población.
Este grupo de personas presentan 4 características de base:
- Mayor percepción sensorial.
- Mayor labilidad emocional.
- Mayor prudencia en sus decisiones.
- Mayor nivel de estrés frente a los estímulos cotidianos.
– Las personas con Alta Capacidad (AC), (WAIS) de Cociente Intelectual sobre 120 puntos, (10% de la población) e incluye otros grados de mayor complejidad como la super dotación, cuando el CI es mayor a 130 puntos (2% de la población). Este grupo está caracterizado, por una gran velocidad y agilidad intelectual, memoria singular, así como también, por sus dificultades y torpeza en el ámbito social y emocional.
Si bien son independientes, no es extraño encontrar personas que pertenecen a ambos grupos. Se conocen como personas 2E: con doble excepcionalidad.
Desde la aproximación diagnóstica de la psicología, se ha asociado el término neurodivergencia con una serie de trastornos y síndromes, debido a que efectivamente las personas neurodivergentes presentan una mayor tasa de las siguientes condiciones:
– TDA y TDAH: Trastorno del Déficit Atencional con o sin Hiperactividad.
– TOC: Trastorno Obsesivo Compulsivo.
– TEA: Trastorno del Espectro Autista, incluyendo Autismo de Alta Funcionalidad.
– SPD: Desorden del Procesamiento Sensorial.
– Dislexia y Dislalia, de la mano con dificultades del aprendizaje, en los sistemas tradicionales de educación.
Desde la perspectiva de MSO, el reconocimiento y manejo de estas posibles condiciones necesita ocurrir en el marco de la comprensión de la base que las sustenta: la neurodiversidad.
La neurodiversidad no es exclusiva de los seres humanos, la mayoría de los animales que viven en forma colectiva tienen individuos con estas características.
Y la razón de esto es evolutiva: las manadas y tribus que tienen individuos con estas características tienen mayor probabilidad de sobrevivir, pues estos individuos pueden “levantar” más información y y de mejor calidad del entorno y pueden elaborar patrones que explican y predicen su funcionamiento. Entre los humanos, han sido los chamanes y curanderos de los pueblos originarios, y en las sociedades modernas, los investigadores, los artistas y grandes pensadores de nuestra civilización.
Es por esto que la descubridora de este rasgo genético y quien acuño la sigla PAS en los años 1990, Elaine Aron, habla del “Don de la Alta Sensitividad”. Sin embargo, este es un don que viene de la mano de grandes desafíos. Esta mayor sensibilidad que se afinó por cientos de miles de años en entornos naturales simples, hoy se ve enfrentada a una sociedad frenética, llena de estímulos y exigencias.
Aprender a ser consciente y gestionar el agobio, es una de las tareas primordiales de todo neurodivergente. El no hacerlo puede tener consecuencias graves para su salud emocional y, consecuentemente, con su capacidad de responder a las responsabilidades del rol laboral que se le asignó.
Para relevar el rasgo de la Alta Sensibilidad en MSO utilizamos el test HSP, que desarrolló originalmente Elaine Aron y para la Alta Capacidad, el test de Otis, además contamos con los cocientes de Baron-Cohen para relevar identificadores de los distintos Perfiles en el Espectro Autista, para poder derivar a un especialista.
En caso de validarse alguno de estos tests, proponemos, como protocolo estándar de los programas de Coaching, realizar una sesión adicional para desarrollar en forma específica los tópicos de la neurodivergencia, para entregar al coachee información esencial para, en muchos casos, comenzar a reconocer y entender su historia personal, la de su linaje familiar y tener acceso a un set de reglas básicas para poder cuidarse, desde la comprensión y legitimación de sus necesidades singulares.
Por otra parte y caso de estar en un proceso de Coaching, este entendimiento podría, eventualmente, dar pie a ajustes en el plan de desarrollo original del programa, por supuesto, con la confirmación del Sponsor del proceso.
Si deseas aplicar en profundidad el conocimiento adquirido en este blog, puedes agendar una reunión con nuestro de equipo de profesionales aquí https://calendly.com/somosmsochile/reunion15minutos o envíanos un correo a hola@msochile.cl
¡Te esperamos a ti y a tu equipo!
Alexander Vogel E.
Líder de la Unidad de Consultoría, Estrategia y Coaching
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